Entre las reglas básicas del turista está la de intentar priorizar el orden de icónos que ver, más aún, cuando se trata de una ciudad como Madrid. Como toda capital con mucha historia puede resultar abrumador elegir lo esencial entre tanto monumento y edificio relevante, e incluso cuando ya te sabes de oídas lo que hay que ir a ver tampoco sabes muy bien por qué.
Este es un listado en el que el orden no tiene especial relevancia porque antes o después vas a pasar por estos lugares, pero para que cuando lo hagas tengas una ligera idea de lo que estás viendo y ya de paso puedas hacerte el entendido (incluso ante algún madrileño).
1. La Gran Vía
La Gran Vía es «la espina dorsal de la ciudad» como decían el grupo Pereza. Esta calle que vertebra la ciudad es relativamente reciente. En 1910 comenzaron las obras inauguradas con piquete de plata en mano por Alfonso XIII. La idea era crear una gran avenida comercial y lujosa que acercara la capital al siglo XX.
Siguiendo la estela estética que se imponía en Estados Unidos con la corriente City Beautiful Movement, Madrid decidió estrenar siglo cambiando el mapa de la ciudad. Primero con la Puerta del Sol —que llevaba de obras casi todo el siglo XIX y prácticamente nunca han parado— y se estaban creando nuevas zonas residenciales más acomodadas como el barrio de Salamanca.
En este nuevo porvenir urbanístico hubo muchas propuestas y finalmente se decidió que el Proyecto Velasco era el más conveniente. Luego se tardó 20 años en finalizar las obras, pero para una explicación más gráfica, la del artista y experto en estudios urbanos Erik Harley en el vídeo de arriba.
2. Palacio Real de Madrid
La primera parada es una visita al Palacio Real de Madrid, ver la inmensa fachada desde la plaza de Oriente, impresiona, pero lo mejor está dentro. El palacio más grande de Europa occidental ya no es residencia oficial de la familia real desde los tiempos de Alfonso XIII. Ahora es un museo que se puede visitar y solo se utiliza esporádicamente para algún acto importante. Su arquitectura barroca y neoclásica irrumpe con su monumentalidad en medio de la ciudad.
Fue construido en el siglo XVIII, se erigió sobre las cenizas del antiguo alcázar de los Austrias, más pequeño y de madera, que no convencía a los Borbones. La nueva dinastía, que llegó con Felipe V, decidió levantar un palacio del gusto de su país de origen: Francia.
Está además rodeado de los jardines de Sabatini y el Campo del Moro, que en origen lo unían a la Casa de Campo, donde cazaban los monarcas.
Merece la pena la cola que suele haber para ver el verdadero esplendor y la opulencia que la monarquía española condensó aquí. Se exhibe una colección extraordinaria de arte, mobiliario, tapices, porcelanas y obras maestras de pintores como Velázquez, Goya o Caravaggio. Algunas de sus salas, como el Salón del Trono y el Salón de Gasparini, son el resumen de este poderío.
3. Museo del Prado
El museo más visitado de España es sin duda imperativo en la lista. El Museo del Prado se lo debemos a Carlos III, quien encargó no pocos iconos de la capital para elevarla al nivel y gusto de la época.
En un inicio, el edificio diseñado por Juan de Villanueva en 1785 iba a ser el Gabinete de Ciencias Naturales. Años más tarde, la reina María Isabel de Braganza tomó la decisión de destinar este edificio a la creación de un Real Museo de Pinturas y Esculturas que abrió sus puertas en 1819.
Su vasta colección se centra en el arte europeo, especialmente de los siglos XVI al XIX. Entre tanta obra maestra hay una que roba la atención más que otras: Las Meninas de Velázquez. Aunque El jardín de las delicias de El Bosco o El 3 de mayo en Madrid de Goya también están acostumbrados a los selfies. Además de grandes artistas españoles, el museo tiene una gran variedad de arte flamenco e italiano, entre los que se incluyen Rafael, Rubens o Rembrandt, como legado de los dominios españoles en ambos territorios.
4. Plaza Mayor
En sus 400 años de historia la plaza ha evolucionado tanto como para cambiar de nombre —en origen se llamaba la plaza del Arrabal—, pero continúa siendo un centro social que es herencia del Madrid de los Austrias.
Aunque el espacio ya se utilizaba para celebrar ferias desde que en 1463 Enrique IV concedió a la villa este privilegio, el diseño original es el de Juan de Herrera (quien también proyectó El Escorial) en el siglo XVI. Posteriormente fue reestructurada por Francisco y Juan Gómez de Mora.
La plaza, originalmente con soportales de madera, pasó por varias reformas hasta convertirse en la gran plaza Mayor de Madrid en 1617, cuando el arquitecto Gómez de Mora consiguió proporcionarla y enmarcarla dentro de un rectángulo de 152 metros de largo por 94 metros de ancho.
5. Templo de Debod
La siguiente parada es un templo egipcio de más de 2000 años de antigüedad en un parque al aire libre en pleno centro de Madrid. El Templo de Debod es un regalo del Gobierno de Egipto a España tras su colaboración en el rescate arqueológico de los templos del valle de Nubia organizado por la UNESCO. La integridad de estos peligraba debido a las inundaciones de la presa de Asuán y su traslado fue efectuado piedra por piedra alrededor de 1972.
Además de la propia construcción, la ubicación es un lugar de peregrinaje para ver los atardecer madrileños. Dada su ubicación, en el parque del Cuartel de la Montaña, sus inmediaciones ofrecen unas vistas privilegiadas de la ciudad.
6. Puerta de Alcalá
Es tan difícil ver la puerta de Alcalá sin tararear alguna canción que la mencione como pasar por la plaza de la Independencia sin salir de fondo en la foto de un turista. Este icono de la ciudad está en el cruce de la calle de Alcalá con la calle de Alfonso XII, dando la bienvenida al parque del Retiro.
La puerta de estilo neoclásico fue construida por orden de Carlos III, el rey conocido por embellecer la capital, entre 1769 y 1778 como una de las cinco puertas reales que daban acceso a la ciudad de Madrid. Se la encargó al arquitecto italiano Francesco Sabatini, y su construcción fue dirigida por Francisco Moradillo.
7. Parque del Retiro
Más que ver por el Retiro hay que pasear. El parque más céntrico era en origen la zona de descanso y recreo para Felipe IV en el siglo XVII. Pero la época de esplendor del Buen Retiro llega con Fernando VII (no en cambio la del país). Con el «rey deseado» se lleva a cabo la replantación del parque y se construyen la Casa de Fieras, el Real Embarcadero y el Jardín de Caprichos o Reservado, del que quedan algunos edificios como la Montaña Artificial y la Casita del Pescador.
Durante la Guerra de Independencia sufre varios destrozos, ya que fue utilizado para fortaleza y acuartelamiento por los franceses y terminado de destruir por los ingleses. Durante el siglo XIX se utilizó para algunas de las exposiciones internacionales que se celebraron en la ciudad, por las que se construyó el Palacio de Velázquez y el de Cristal. Y desde 1935 es Jardín Histórico Artístico de uso público para los ciudadanos.
8. Catedral de la Almudena
La catedral tiene no pocos detractores, pero además de estar contigua al Palacio Real, se ve desde muchos puntos de la ciudad. Para que La Almudena llegara a ser la catedral de Madrid hubo que esperar más de un siglo, desde que Alfonso XII puso la primera piedra en 1868 hasta su consagración en 1993.
Fue diseñada originalmente por Francisco de Cubas, la obra evolucionó a lo largo de los años con contribuciones de otros arquitectos, como Chueca Goitia y Carlos Sidro, adaptando el proyecto para armonizar con el entorno, particularmente con el Palacio Real. El resultado de tanta intervención es que no tenga mucho que ver con el proyecto inicial. El estilo final está a caballo entre el neogótico y neoclásico.
El interior es su punto fuerte y alberga obras de arte como el Cristo Crucificado de Juan de Mesa. Tiene una planta de cruz latina con elementos decorativos, vidrieras y capillas dedicadas a santos madrileños.
9. Museo Reina Sofía
Una vez has hecho la visita al Museo del Prado puede que cruzar el paseo hasta la calle Santa Isabel y seguir con el Museo Reina Sofía sea una opción si prefieres el arte moderno.
El museo está ubicado en un antiguo hospital del siglo XVIII remodelado y es relevante por albergar obras emblemáticas de artistas españoles e internacionales del siglo pasado y contemporáneo. Hasta aquí vienen no pocos admiradores de Picasso para ver el Guernica, una obra maestra que simboliza el sufrimiento humano durante la Guerra Civil Española. Además, el museo exhibe obras de Salvador Dalí, Joan Miró, Juan Gris, y otros artistas españoles, así como de figuras internacionales como Francis Bacon y Yves Klein.
Tiene cuatro sedes diferentes: la Sede Principal, formada por el edificio Sabatini y el edificio Nouvel, y las sedes del parque del Retiro, palacio de Velázquez y palacio de Cristal.
10. Puerta del Sol
La Puerta del Sol es amada y odiada a partes iguales y cada generación de madrileños ha vivido una obra diferente que acaba de dejarla cada vez más blanca y pulida. Pero siempre hay gente cruzando el antiguo y verdadero corazón de la ciudad, da igual la hora.
El reloj de la Puerta del Sol es el protagonista de la plaza y de cada Nochevieja española. El kilómetro cero y la estatua del Oso y el Madroño son de fotografía obligatoria si es tu primera visita a Madrid.
11. El Campo del moro
El Campo del Moro, situado a los pies del Palacio Real, es uno de los jardines históricos más bellos y menos transitados de Madrid. Este espacio, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931, combina un diseño romántico y neoclásico con elementos como las fuentes de los Tritones y las Conchas, además de una rica vegetación y pavos reales que pasean libremente. Desde aquí se disfruta de una de las mejores vistas del Palacio Real, convirtiéndolo en un lugar imprescindible para quienes buscan qué ver en Madrid.
Aunque siempre han sido la parte trasera del Palacio Real, en el siglo XIX se diseñaron durante la Regencia de María Cristina de de Habsburgopara realzar la majestuosidad del entorno. Además el Campo del Moro guarda algunas joyas como el Chalet de la Reina y el Chalet del Corcho.
12. Palacio de Cibeles
El Palacio de Cibeles, ubicado en el corazón de Madrid, es un icono arquitectónico que diseñó Antonio Palacios. Construido entre 1907 y 1919 como sede de Correos, hoy alberga el Ayuntamiento de Madrid y el espacio cultural CentroCentro, donde se realizan exposiciones, talleres y eventos. Su mirador ofrece unas vistas panorámicas impresionantes de la ciudad, convirtiéndolo en un lugar imprescindible para quienes buscan qué ver en Madrid.
Además de su valor histórico y arquitectónico, el Palacio de Cibeles destaca por su programación cultural y su ubicación estratégica junto a la también icónica fuente de Cibeles.