
Si de la Real Colegiata Basílica de San Isidoro de León se dice que es la Capilla Sixtina del románico, de la iglesia de San Antonio de los Alemanes en Malasaña (calle de la Puebla, 22) se puede decir –y ya se ha dicho– que es la Capilla Sixtina de Madrid. Más concretamente, la Capilla Sixtina del barroco madrileño.
En ambos casos, la comparación no tiene tanto que ver con el parecido a las pinturas de Miguel Ángel sino con lo impresionante de encontrarse con una certeza pintada sobre los muros de un templo: la de estar ante una de las obras románicas más importantes de Europa o la de hacerlo ante la única iglesia de Madrid completamente cubierta de frescos, respectivamente.
Sin embargo, el arte que cubre sus paredes no son el único paralelismo que une a esta iglesia madrileña con la Ciudad del Vaticano: su forma está inspirada en la iglesia de Santa Anna de los Palafreneros. Esa característica hace que tildar a la iglesia de San Antonio de los Alemanes de «única» esté doblemente justificado: es el único templo de la ciudad que 100% cubierto de frescos y la única iglesia de Madrid con planta elipsoidal.
Los frescos de San Antonio de los Alemanes
Según se puede leer en la web de la Santa y Real Hermandad de Refugio y Piedad de Madrid, actual titular del templo, la iglesia se construyó entre 1624 y 1630 «por iniciativa del Consejo del Reino de Portugal y con fondos de un grupo de nobles y comerciantes portugueses». De ahí que en un primer momento se denominase San Antonio de los Portugueses.
El diseño del edificio fue concebido por el arquitecto jesuita Pedro Sánchez, con la participación de Francisco Seseña y Juan Gómez de Mora. La pintura de los frescos también fue un trabajo de varias manos: en ella participaron destacados artistas de la época, como Francisco Carreño de Miranda, Lucas Jordán o Francisco Ricci –a quien recuerda una calle en Chamberí–, quien se encargó de diseñar la composición (el trampantojo) que decora la cúpula de la iglesia.
Se construyó en honor a San Antonio de Padua, el mismo santo al que está dedicada la ermita de San Antonio de la Florida, en la que se pueden ver algunos de los mejores frescos del pintor. Y las similitudes entre ambas construcciones religiosas continúan: ambas esconden un impresionante interior tras un exterior sobrio que pasa más bien desapercibido y ambas han sido declaradas Monumento Nacional. La que nos ocupa en este artículo, en 1973.
Lugar de culto… y de conciertos
La iglesia, además, acoge habitualmente conciertos de distinta naturaleza: de instrumentos solistas como arpa y órgano y de géneros tan variados como la música clásica y fusión como flamenco-electrónica. La información sobre las entradas y lxs artistas y agrupaciones que actúan se puede consultar en su página web.
Horario y entradas
La iglesia está abierta para visitas en horario continuo de 10h a 19h (siendo las misas a las 18h de lunes a sábado y a las 12h los domingos y festivos). Y en agosto permanece cerrada.
Hay dos modalidades de visita, a saber:
- Visita libre (incluye la iglesia y la cripta). Tiene un precio de 5€ (a modo de donativo) e incluye gratis servicio de audioguía en español, inglés y francés. Tiene una duración aproximada de 30 minutos y está disponible de lunes a sábado de 10h a 17h.
- Visita guiada (incluye la iglesia, la sacristía, la cripta y el museo de la Hermandad). Cuesta 10€, dura alrededor de una hora (teniendo como guía a un Hermano del Refugio) y hay pases de lunes a sábado a las 10:30h, 11:30h y 12:30h.
¿Cómo reservar las visitas?
Para reservar y adquirir las entradas hay que hacerlo a través de la página web de la Hermandad, en el apartado de visitas culturales. Las entradas también se pueden adquirir en la puerta de la iglesia pero no se garantiza disponibilidad para las visitas guiadas, por lo que se recomienda reservarlas por la web.
Todo el dinero recaudado se destina a sufragar las obras de caridad de la Hermandad del Refugio, como el comedor social, alimentación a familias y escolarización de niñxs.