Prestar atención al callejero de Madrid es una tarea agradecida porque, entre otras cosas, permite descubrir datos de la ciudad de lo más variopintos, como qué calles tienen los nombres más curiosos, el hecho de que Madrid tiene su propia tipografía –la chulapa, inspirada en las placas de cerámica que decoran las calles del centro– o incluso extraer información que podría ser de utilidad, por ejemplo, en una tarde de Trivial con lxs amigxs. Información como cuál es la calle más corta de Madrid.
La pregunta nace como una contraposición a la que ya nos hicimos en sentido contrario hace unos meses –¿Cuál es la calle más larga de Madrid?– y la respuesta, de la mano del Callejero Oficial del Ayuntamiento de Madrid, no le da la razón a las afirmaciones que aseguran que ese título le pertenece a la calle de Rompelanzas –aunque, con sus aproximadamente 14,50 metros sobre plano, ocupa un digno segundo puesto–.
Con unos 14,25 metros sobre plano, la calle más corta de Madrid es la Travesía del Biombo, situada en el barrio de Palacio del distrito Centro. Un vial que «consta en el callejero municipal desde el 11 de enero de 1835», explican desde el organismo municipal.
¿Por dónde transcurre la calle más corta de Madrid?
La Travesía del Biombo comienza en la plaza de San Nicolás y termina en la calle del Biombo. Sobre esta cuestión, desde la unidad que gestiona el callejero oficial del Ayuntamiento de Madrid también hacen referencia a una obra, Toponimia Madrileña, escrita por Don Luis Miguel Aparisi Laporta y editada por la entonces Gerencia de Urbanismo en el año 2000.
Dicha obra, en relación a esta calle, recoge que hace «alusión a la encrucijada entre la parte posterior del convento de Constantinopla [hoy desaparecido] y la iglesia de San Nicolás«.
Otros secretos que esconde el callejero de Madrid
Además de la extensión de las calles, otro objeto de estudio puede ser la longitud de sus nombres. Sobre, la que por supuesto, también nos hemos preguntado: la calle con el nombre más corto solo tiene dos letras, mientras que la calle con el nombre más largo de Madrid consta de 59 caracteres.
Por otro lado, también merecen una mención las erratas que durante décadas han dado nombre a algunos lugares de la ciudad, como el caso de Órgiva/Orjiva, el de Rutilio Gaci/Rutilio Gacís y quizá, el más conocido de todos, el de Palos de la Frontera/Palos de Moguer.