¿El Museo del Prado?, ¿el Palacio Real? Sí, tienes que verlos, pero hay mucho más que hacer en el centro de Madrid para descubrir la verdadera esencia de la capital.
Desde sus restaurantes centenarios hasta las cafeterías de moda, en Madrid se da valor a lo viejo mientras se permanece en constate alerta de lo nuevo. Aunque por el camino se han perdido algunos lugares emblemáticos como la papelería más antigua, Salazar, o los cines Conde Duque. También se han recuperado barrios y plazas gracias a las reformas y peatonalización de muchas calles de la ciudad.
Madrid no pide apellidos, ni lugar de procedencia, para poder adueñare de ella, solo tienes que saber llevar el ritmo.
Qué ver en Madrid centro
La plaza de la Villa
La plaza de la Villa es uno de los conjuntos mejor conservados del Madrid medieval, aunque sea menos conocida que la vecina plaza Mayor. La Casa y Torre de los Lujanes (al fondo) es el edificio civil más antiguo de la capital —construido en la segunda mitad del siglo XV.
Le sigue por antigüedad la Casa Cisneros, que la construyó el sobrino del famoso cardenal y que se reconoce fácilmente por el pasadizo volado que lo conecta con la Casa de la Villa. Esta última ha sido la sede del Ayuntamiento de Madrid desde el 1693 hasta el 2007 y condensa casi todas las características de la arquitectura herreriana madrileña.
Monasterio de las Descalzas Reales
El Monasterio de las Descalzas Reales es la joya del Madrid de las Austrias. Este conjnto arquitectónico fue creado en el siglo XVI por mandato de Juana de Austria, hija del emperador Carlos V y hermana de Felipe II.
Su arquitectura combina elementos renacentistas y barrocos, pero con una fachada sobria. Sin embargo, el interior alberga una riqueza artística y cultural que sorprende y sigue siendo un tema de interés para pódcasts actuales como Las hijas de Felipe. Su extraordinaria colección de arte incluye pinturas de artistas barrocos italianos, tapices de Rubens y objetos religiosos de gran valor histórico y artístico.
El Campo del Moro
En la parte de atrás del Palacio Real se encuentra el Campo del Moro, uno de los jardines más bucólicos y menos conocidos de la ciudad. Destacan los pabellones del siglo XIX y el Chalé de la Reina que sorprenden por una arquitectura que no es habitual en la ciudad. También puede que te cruces con alguno de los pavos reales que viven allí y que de vez en cuando se saltan la verja causando el caos en las calles colindantes.
Paseo de la Virgen del Puerto, 1
Jardines de Sabatini
Entre los jardines más populares de la capital, los Jardines de Sabatini constituyen todo un oasis dentro del Madrid de los Austrias. Su vínculo con el Palacio Real, del que ofrecen una vista privilegiada, queda patente desde su propio nombre, que recibieron en honor al arquitecto italiano que participó en el diseño del monumento, Francesco Sabatini. Además, están repletos de esculturas de mármol blanco que originalmente estaban destinadas a decorar el palacio. Su estilo neoclásico, afianzado a través de la simetría de sus elementos, contribuye a que estén considerados uno de los rincones más románticos de la ciudad.
Real Basílica de San Francisco el Grande
Bajando la carrera de San Francisco desde La Latina se tiene una de las mejores vistas de la cúpula más grande de España: la de la Real Basílica de San Francisco el Grande. En el interior de este Monumento Nacional construido por Sabatini en el 1784, encontrarás lienzos de Goya y Zurbarán rodeados de esculturas en mármol y frescos que decoran los 33 metros de diámetro de la cúpula. El valor arquitectónico y artístico de este edificio neoclásico no es comparable a casi ninguna otra iglesia de la ciudad.
Calle San Buenaventura, 1
Qué museos visitar en Madrid centro
Centro de Bellas Artes
El Centro de Bellas Artes (CBA) es una institución madrileña que aglutina todos los intereses culturales en un único y céntrico espacio. En su parte baja tiene un cine, un teatro y una librería.
En su interior varias salas han albergado exposiciones de ecos internacionales como la de Stanley Kubrick, pero sobretodo es un espacio promotor del arte nacional.
Y en la parte alta un mirador que ofrece una de las mejores vistas de Madrid –permite contemplar el centro de la ciudad a 56 metros de altura sobre la calle Alcalá. El coste de subir a la azotea es de 5,5 € en el caso de la entrada general y de 4 € la entrada con carnet joven.
Calle de Alcalá, 42
Museo Nacional Thyssen-Bosnemisza
En términos museísticos Madrid cuenta con una amplia riqueza, y el Triángulo del Arte no está completo sin el Museo Thyssen-Bornemisza. En la amplitud de su colección se pueden encontrar cuadros de artistas como Van Eyck, Durero, Tiziano, Caravaggio, Rubens, Rembrandt, Canaletto, Monet, Degas, Cézanne, Van Gogh, Picasso, Kirchner, Kandinsky, O’Keeffe, Hopper, Dalí o Pollock.
La Colección Thyssen-Bornemisza, de origen privado, fue adquirida por el Estado en el año 1993 y su amplitud –que abarca del siglo XIV al XX– lo convierte, en palabras del propio espacio cultural, «en una verdadera síntesis de la pintura occidental». En este enlace puedes informarte de cuándo visitar tanto el Thyssen como otros museos de Madrid gratis.
Paseo del Prado, 8
Museo Nacional del Prado
Si algo no necesita el Prado es presentación: la pinacoteca es un referente cultural y artístico a nivel internacional, y prueba de ello es, entre otros méritos, que esté entre los diez museos mejor valorados de todo el mundo.
Su colección abarca desde obras de Goya o Velázquez hasta las de artistas como Rembrandt, Tiziano, El Greco, El Bosco o Fra Angelico, y desde hace un tiempo su apuesta por divulgar el arte en nuevos formatos se puede apreciar en diversas iniciativas como la de la colaboración con Nintendo, en la que se podía visitar virtualmente en el videojuego Animal Crossing.
Calle de Ruiz de Alarcón, 23
Museo del Romanticismo
Lámparas de araña, tapicerías exclusivas, obras maestras de Goya, Esquivel o los hermanos Bécquer… El antiguo palacio del Marqués de Matallana se convirtió en el Museo del Romanticismo para recoger una selección de piezas únicas y elementos cotidianos de la burguesía de la época para mostrar un estilo de vida protagonizado por los artistas, los intelectuales y los políticos.
Además, el recinto acoge espacios especialmente curiosos para el público como el Jardín de las Magnolias, que tiene una estructura francesa del siglo XVIII. En la actualidad, el recinto cuenta con una cafetería en la que puedes disfrutar de un momento de descanso con vistas a la época pasada.
El museo tiene también una programación que propone actividades para los visitantes y también visitas guiadas para entender la importancia del romanticismo en España y en la ciudad de Madrid.
Calle de San Mateo, 13
Museo Reina Sofía
El museo contemporáneo por excelencia refresca sus actividades como cada verano. El Museo Reina Sofía ha nombrado a la nueva colección permanente Vasos Comunicantes, y si decides resguardarte del calor por sus galerías podrás disfrutar de obras que antes no estaban expuestas. Por otro lado, un año más el Museo Reina Sofía traslada su pantalla al aire libre para disfrutar de un cine de verano con una programación especial de películas musicales.
Desde hace menos de un mes la biblioteca del museo ofrece la muestra La Galería Juana Mordó en el arte posfranquista, que retrata el panorama artístico español durante la transición a través de tres ejes temáticos: el arte político y la política del arte, su difusión internacional y su relación con el mercado.
C. de Sta. Isabel, 52
La Casa Encendida
Centro cultural de referencia en Madrid, la Casa Encendida es un compendio actividades educativas, de reflexión y de debate, que giran en torno a sus cuatro áreas de actuación: cultura, solidaridad, medio ambiente y educación. Es decir, aquí podrás encontrar exposiciones de arte contemporáneo, conciertos de artistas alternativos, ciclos de cine, cursos jardinería, charlas sobre salud mental, y un sinfín de propuestas en su mayoría gratuitas o a precios muy asequibles. Es un foco de creatividad y una cara amable de la capital.
Ronda de Valencia, 2
CaixaForum
El CaixaForum de Madrid se convierte en un refugio para los visitantes en los meses de verano, como muchos de los centros culturales de la capital, y en diez años, el centro multidisciplinar se ha convertido en un referente indiscutible. Sus proyecciones o el jardín vertical son parada obligatoria este verano, y además desde el 14 de julio ofrece una colaboración sinigual con el British Museum.
Momias de Egipto: Redescubriendo seis vidas ilustra la historia oculta detrás de seis momias egipcias y ofrece una visión de cómo vivía y moría la gente a lo largo del valle del Nilo entre el 800 a. C. y el 100 d. C. Este recorrido explora la identidad a través de la idea de la momificación y su testimonio.
P.º del Prado, 36
Dónde comer (y beber) en Madrid centro
Restaurante Botín
Los hornos de Botín no se han pagado desde 1725. Es el restaurante más antiguo del mundo, y un imprescindible del Madrid de los Austrias. Se dice que por su cocina ha pasado hasta el mismismo Goya, o al menos, eso menciona el libro Guinness de los Récord que en 1987 lo nombró el restaurante más antiguo del mundo. Este restaurante, junto con la lista de bares centenarios de la ciudad, es historia viva de la capital.
Calle Cuchilleros, 17
Mercado Antón Martín
Considerado toda una meca gastronómica de Madrid, el Mercado de Antón Martín es el claro ejemplo de mercado tradicional que supo evolucionar y adaptar su función a los nuevos tiempos. Con la gastronomía como eje vertebrador, la cantidad de restaurantes de calidad por metro cuadrado que alberga en su interior es asombrosa. Entre ellos, destacan algunos como Doppelgänger, Yoka Loka, La Saletta o Sincio, de esos que hay que probar una vez en la vida.
Calle de Santa Isabel, 5
Wang Wang
¿El mejor restaurante chino del centro de Madrid? Ni confirmamos ni desmentimos. Su carta es una biblia: porque hay que profesarla y por sus dimensiones. Hay platos que también merecen ser venerados como por ejemplo el cordero con cominos, la pasta de arroz con salsa coreana o los tirabeques salteados. Platos que no sabías que existían con productos que no sabías que existían a precios más que competentes.
Calle de San Bernardino, 6
San Ginés
Si existe un local castizo (de esos de toda la vida) que todo madrileño reconoce sin excepción ese es la Chocolatería San Ginés. Ubicado en un rinconcito de la calle de la que recibe su nombre, este templo del chocolate con churros parece sacado de otra época, lo cual no resulta del todo sorprendente teniendo en cuenta que sus inicios se remontan a 1894. Churros, porras y chocolate, las tres únicas claves de un éxito que ha llegado incluso a traspasar fronteras.
Pasadizo de San Ginés, 5
Mercado de San Fernando
Como es el caso de otros como el ya desaparecido mercado de Olavide, el germen «del SanFernando» está en un mercado de abastos que se celebraba al aire libre, en la que hoy es la plaza de la Corrala. El edificio, inaugurado en 1944, fue construido por el arquitecto Casto Fernández-Shaw, responsable de otras construcciones de la ciudad como la Porto Pi –gasolinera considerada una obra maestra de arquitectura racionalista de la que hoy se puede ver una réplica en Alberto Aguilera, 18–.
Entre los puestos del mercado figuran comercios que van desde carnicerías o fruterías hasta un estudio de teñido, una librería que vende sus libros al peso y restaurantes o puestos gastronómicos como Bendito Vinos y Vinilos, que forma parte de nuestra lista de los 14 restaurantes que están en mercados de toda la vida (y que hay que probar).
Calle de Embajadores, 41
Triciclo
La apuesta de Triciclo lleva mucho tiempo siendo una de las más interesantes de Madrid. Una carta ecléctica, con mucha rotación, indefinible y productos de mercado y de temporada a tutiplén. Alguno de sus clásicos son las patatas a la importancia con calamar de potera a la brasa y careta de cerdo. Una apuesta en firme para llevarse una Estrella Michelin dentro de poco. Esta recomendación bien puede servir para visitarlo ahora que no hay que reservar con meses de antelación.
Calle de Sta. María, 28
Casa Lucio
Un clásico de Madrid. Poco más se puede decir, que no se haya dicho, de este restaurante donde se han reunido monarcas, presidentes de todo el mundo, artistas, deportistas y hasta astronautas. Según el tabernero que da nombre al negocio, muchas son las ocasiones en las que le han ofrecido una estrella Michelín, pero siempre las ha rechazado porque las verdaderas estrellas ya estaban sentadas en su local. Si no lo has probado todavía, los huevos rotos son una obligación. Casi, casi como visitar el Vaticano y no hacer cola para la Capilla Sixtina.
Calle de la Cava Baja, 35
Casa Lhardy
El restaurante lleva abierto desde 1839 y tiene mucha historia. Tanta, que por allí ha comido el mismísimo Manolete y también ha aparecido en las obras de Azorín y Galdós. El local, decorado al estilo del siglo XIX, se levantó en Madrid antes de que aparecieran la luz eléctrica, el teléfono e incluso el asfaltado de las calles. En Lhardy el cocido se sirve en dos vuelcos, y nos gusta mucho que el primero (la sopa) tenga pedazos de carne y de pollo.
Carrera de San Jerónimo, 8 (Sol)
Freedom Cakes Café
La primera pastelería vegana de Madrid se encuentra a tan solo unos metros de la Puerta del Sol. Con una carta protagonizada por sus deliciosas tartas, tortitas, gofres y batidos de lo más fotogénicos, Freedom Cakes Café va más allá para acercar una amplia variedad de platos salados con un toque muy original. Desde hamburguesas de colores a raciones de calamares, su carta no deja de sorprender. Además, su propuesta no termina ahí. Freedom ofrece un servicio de reparto a domicilio y, además, cuenta con otro local especializado en pizzas artesanales veganas.
Calle de Cádiz, 7
Bar Malos
El Bar Malos es el hermano pequeño del emblemático Bar Melo’s y con menos de un año de vida su popularidad es tal que sin reserva es difícil asegurarse mesa para cenar (al menos para grupos grandes). Si tu plan es cena para dos, enseguida puedes conseguir un huequito en la barra o en alguna de sus mesas. Su carta está hermanada también con las del Melo’s: las croquetas de jamón y la mítica zapatilla, que no ha cambiado ni medio ingrediente.
El Malos, a diferencia del Melo’s, está proyectado hacia la noche malasañera por lo que ofrece una serie de cócteles como Moscow Mule, Strawberry Fields u Old Fashioned, con los que se pueden alargar las noches de los fines de semana. Su ubicación es casi inmejorable: se encuentra frente de La Vía Láctea y a escasos metros de la plaza del Dos de mayo.
Calle Velarde, 13
Qué hacer en Madrid centro
Tipos Infames
Desde que llegaron los Infames a Malasaña, algo cambió en el barrio: volvieron las tertulias, los vinos literarios, los eventos en torno a las páginas de papel… Qué gusto, Tipos Infames, que al segundo día de visita saben perfectamente qué libro te va a gustar, qué editorial deberías revisar, qué novedad no puede faltar en tu cesta.
En 2019 dieron la bienvenida a su hijo pequeño (literalmente) Menudos Infames. Un espacio, a muy pocos metros del ‘padre’ en San Joaquín 6, dedicado a la literatura infantil. La trampa perfecta para criar a un pequeño literato en ciernes.
Calle San Joaquín, 3
BajoelVolcán
Es una novela. Es una película. Es la tienda de vinilos parada obligatoria de Lavapiés. Su selección no decepciona y, nada más entrar, podrás entender de qué va Bajoelvolcán poniendo atención en el hilo musical: vinilos, por supuesto, que se venden en la tienda.
También hay espacio para la literatura que se dedica, en mayor medida, al género musical: biografías de leyendas, de grupos, libros escritos por músicos… pero también hay espacio para una recopilación de obras de editoriales como Periférica o Nórdica. Ah. Por cierto. Bajas las escaleras, que todavía hay más.
Calle del Ave María, 42
Discos La Metralleta
Qué lugar, La Metralleta. La entrada ya es toda una declaración de intenciones, bajando esas escaleras que nacen de la nada en la calle Postigo de San Martín. Un lugar inmenso, dividido en dos locales, repleto de todos los cedés, vinilos, DVDs, blue-rays, VHS… que te puedas imaginar. Metralleta es un agujero espacio temporal absoluto. Entrar allí es hacerlo a un mundo en el que cualquier mañana de un lunes, una decena de personas se junta para comprar cedés o cintas de vídeo.
Calle del Postigo de San Martín, 1
Lata Peinada
Lata Peinada, librería especializada en literatura latinoamericana que está en el número 6 de la calle Apodaca, no es una librería cualquiera. Este cliché (“no es como las demás”, “es que es diferente”) se entiende en base a cuatro ejes. A saber: un catálogo artesanal, una zona de cafetería, una promesa de estímulo cultural y una estantería con lo que ellas llaman joyitas.
Calle Apodaca, 6.
El Rastro
El Rastro lleva siendo el mercado al aire libre de referencia de los madrileños desde el siglo XVIII, aunque ha sabido adaptarse a los tiempos. Hoy en día es mucho más que un mercado de segunda mano, de hecho, cada vez quedan menos almonedas y van surgiendo tiendas nuevas, más nicho, como La Oficial, que actualizan y mantienen la esencia del barrio que se vertebra entorno al mercadillo.
Para vivir la experiencia completa del Rastro hay que terminar con una tapa típica como las del Bar Santurce, que es la versión madrileña de los puestos de comida ambulante que podríamos encontrar en otras ciudades.
Calle Ribera de Curtidores y alrededores
Sala Equis
Sin ninguna duda, una de las propuestas más innovadoras de la capital. El recinto del antiguo Cine Alba se encuentra reformado para ofrecer una experiencia de ocio alternativa. Siendo un lugar ideal para los amantes del cine en versión original y para aquellos que deseen disfrutar de una bebida en un entorno diferente, Sala Equis construye una propuesta en la que confluyen experiencias gastronómicas, piezas escenográficas y proyecciones.
Planteado como un lugar para el intercambio cultural, Sala Equis se ha convertido en una parada obligatoria en Madrid para disfrutar de una velada en un ambiente distendido y poco convencional.
Calle del Duque de Alba, 4
Este artículo ha sido escrito a catorce manos por Alberto del Castillo, María F. Carballo, Selene García, Isabel Nieto , Laura Sanchez, Carmen Seco y Elena Francés.