Este artículo ha sido escrito a ocho manos entre Alberto del Castillo, Sara Morillo, Selene García Torreiro e Isabel Nieto.
A menudo al hablar de gastronomía se alude a la idea del viaje, y es que tanto el gusto como el olfato tienen la capacidad de transportarnos no solo a otros lugares, sino también a otros momentos. En la conocida película de animación Ratatouille esto queda patente cuando Ego, un estirado crítico gastronómico, se rinde ante el talento de un peculiar chef cuando le prepara un plato que le transporta directamente de vuelta a su infancia: a esa cocina cálida y reconfortante que luego siempre se trata de emular con más o menos éxito al crecer, porque nos hace sentir como en casa.
Como decíamos, el viaje es en el tiempo pero también en el espacio, y como esa casa a la que volver en un viaje a través de las papilas gustativas puede estar en México, Irán, Beirut, Japón o Marruecos –por citar solo algunos ejemplos–, sirva este artículo para recopilar esos restaurantes internacionales que, estando en Madrid, son capaces de transportarte a cualquier otro lugar del mundo.
1. Regañadientes
Es un restaurante con nombre (Regañadientes) y apellidos (‘Cocina mexicana de mercado’). Más importante que el hecho de que reciba nuestro aval es el de que cuente con el de los mexicanos que lo han probado, y desde su guacamole con totopos hasta sus celebrados tacos (de chuleta, lechoncillo, madrileño, pekín-mex…), después de comer en Regañadientes puedes salir con la certeza de que te llevas un trocito de México contigo.
Calle del Almirante, 24
2. Yue Lai
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Yue Lai no necesita muchas presentaciones porque su fama le precede. Es uno de los hot pot más conocidos de Madrid y su olla de caldo chino, a la que se pueden ir añadiendo ingredientes al gusto, se puede probar en pleno barrio de Salamanca. No es la primera vez que se cuela en nuestras listas y forma parte de los que, a nuestro juicio, son los mejores restaurantes chinos de Madrid.
Calle Hermosilla, 101
3. Distrito ceviche
Comida callejera peruana y de fusión, porque no solo lo tradicional tiene cabida en este recopilatorio. Partiendo, como su nombre indica, de un plato como el ceviche, lo convierten en protagonista de su carta, que varía en función del local al que acudas a probar sus platos. Sobre estas líneas, sus gyozas de langostinos, que están cosechando un gran éxito entre la clientela.
Calle Princesa, 79; Puesto nº17 del Mercado de la Paz; Puesto en el Mercado de Vallehermoso
4. BaniBanoo
Su protagonista es Banafsheh Farhangmehr, una cocinera dedicada a compartir las recetas caseras de sus abuelas. Del desconocimiento sobre la cocina iraní que se topó cuando llegó a Madrid obtuvo la idea de abrir su restaurante en 2015. Siguiendo el estilo de los bazares de su país, en BaniBanoo los clientes pueden decidirse entre los platos que están en exposición. El menú que oferta es todo un tributo a la tradición persa de compartir la comida. Por un precio de 15 euros, este consiste en escoger tres platos diferentes. Los arroces son los principales protagonistas de su carta, que abarca numerosos tipos y elaboraciones, pero los postres tampoco se quedan atrás.
Calle Mártires Concepcionistas, 19
5. Raizal
Ubicada en el Mercado de Ibiza, en el distrito de Retiro, esta autodenominada ronería y arepería importa a Madrid dos de los pilares de la tradición venezolana. A diferencia de otros restaurantes más clásicos, Raizal apuesta por arepas con un formato más pequeño cuyo objetivo es que el cliente pruebe el mayor número posible de propuestas. Su oferta abarca otras bases además de la elaborada con harina de maíz blanco, la más conocida, tales como la de yuca o la de chicharrón. Más allá de en sus cócteles, el ron está presente también en algunos de sus guisos y postres.
Calle de Ibiza, 8
6. Yakiniku Rikyu
Las opciones de comida japonesa no son algo inusual en Madrid. No obstante, la propuesta de Yakiniku Rikyu va más allá de la cocina nipona tradicional, dándole a sus recetas un toque coreano. Un ejemplo de ello es su implementación de la técnica yakiniku, de la que adopta su nombre. Esta experiencia consiste en que el consumidor cocina su propia carne en una parrilla situada en el centro de la mesa. El producto más famoso para ello es el wagyu, una carne típica que el restaurante importa desde Japón.
Calle Castellana, 15
7. Restaurante Nuria
Con un nombre que remite antes a una casa de comidas ubicada en alguna carretera regional que a un restaurante que rinde homenaje al país que tiene como capital a Adis Abeba, Nuria es el restaurante más internacional de Malasaña y la puerta de acceso a una gastronomía desconocida y sorprendente. Con opción vegetariana, la comida en Nuria se sirve sobre una bandeja gigantesca en la que los platos no se separan. No se come con tenedor sino usando como cubierto un crepe sobre el que reposa la comida. Se arranca un pedazo de crepe, se recoge comida con él y se come todo junto.
Calle de Manuela Malasaña, 6
8. Beirutista
Cuando se dice que en Madrid se puede comer de todo, la realidad es que verdaderamente se puede comer de todo. Este pequeño restaurante (ubicado a apenas un par de minutos caminando de Restaurante Nuria) homenajea la Street food libanesa. Algunos ejemplos de los platos que puedes encontrar en Beirutista son el shawarma de ternera, el falafel o el shish taouk.
Calle de Ruiz, 20
9. Restaurante Gibraltar
Un clásico de los domingos de Rastro y parada de peregrinación para los vecinos cualquier otro día de la semana. Lo más parecido a cenar en la plaza de Yamaa el Fna es Restaurante Gibraltar. Es barato, es auténtico, tiene terraza, su taijine de cordero con ciruelas y almendras es espectacular y los bakklavas enamorarían a una persona con intolerancia al azúcar. ¿Qué más le pides a un restaurante?
Calle del Casino, 16
10. Quimbaya by Edwin Rodríguez
El gran fenómeno de la última edición de la Guía Michelin nos retrotrae a los sabores inmensos y milenarios de Colombia. Convertido en el primer colombiano de autor reconocido con una estrella Michelin en Europa, Edwin Rodríguez, chef con 25 años de experiencia, ha sabido insuflar de factura contemporánea y creativa la cultura culinaria de su país de nacimiento en Quimbaya.
Colombia se manifiesta en un portentoso menú degustación donde no faltan las referencias culinarias del Caribe, Orinoquía, Pacífico, los Andes o el Amazonas, todas inmensas zonas gastronómicas del país latinoamericano. El comedor, donde descansan tan solo 8 mesas, se ha convertido en una quimera de recuerdos, sensaciones y emociones de marcado sentir bogotano. Imprescindible reservar con tiempo.
Calle de Zurbano, 63
11. Le Bistroman Atelier
El chef Stéphane del Río marca el ritmo, acompasado y elegante, de este coqueto bistró francés del Madrid de los Austrias. La rotundidad del recetario galo más tradicional se conjuga perfectamente con el producto de temporada, tanto madrileño como el que llega, semanalmente, procedente del país vecino.
En Le Bistroman Atelier se respira sofisticación, aires provenzales y cuidadísmo diseño a cargo del interiorista Javier Erlanz. Impecables manteles, cubertería y vajillas exquisitas y copas Riedel abrazan todos y cada uno de los hits de Stéphane, ya sea el onglet al carbón con salsa bordelesa, la col rellena de pularda o el magret de pato Label rouge a la parrilla. En su carta no faltan, por supuesto, incunables como el paté de campaña, el foie de oca o el pichón de Mont Royal en salmis.
Calle de la Amnistía, 1o
12. Tandoori Station
La apertura de Tandoori Station en 2005, en plena Milla de Oro madrileña, ya apuntaba maneras e intenciones. Su legión de seguidores se constituyó enseguida gracias, entre otras razones, al afán del chef Nadeem Siraj por cuidar y respetar la tradición de los fogones indios y pakistaníes. Tiempo después, en 2011, el local fue reformado y ampliado: pasaron de 30 a 120 comensales en el comedor principal. En los últimos años, Nadeem, nacido en Lucknow (Uttar Pradesh), se ha dado a conocer en shows como MasterChef.
Entre sus imprescindibles, el Murgh Ka Tikka, una pechuga de pollo macerado en yogur y en especias y pasado por el horno tandoori o el exquisito Gosht Ka Roghan Josh, el clásico curry de cordero. Su segundo restaurante, Namak, está a punto de aterrizar en el mismo barrio.
Calle de José Ortega y Gasset, 89