De un tiempo a esta parte no hemos parado de ver que en las cartas de casi todos los restaurantes se repiten los mismos platos: tartar (ya sea en su versión terrestre o en la marina), bastones de berenjena o burrata, entre otros. Y esto no quiere decir que no hayamos disfrutado probándolos en cada uno de los locales a los que hemos ido, pero sí que echamos en falta algo más de variedad en las cartas de los restaurantes, por eso cuando visitamos el Restaurante Mitte (C/ Infantas, 6) nos quedamos encantados.
Nada más entrar, supimos que el Restaurante Mitte iba a convertirse en uno de esos locales que visitar este verano a pesar de no tener terraza. Es uno de esos lugares en los que no se han olvidado de que la comida es más importante que la decoración, aunque ésta también nos conquistó.
El restaurante está decorado con exposiciones temporales, así que además de salir con el estómago lleno, también podéis llevaros una obra de arte bajo el brazo.
Pero pasemos a lo más importante: ¡la comida! Su carta emana fusión entre lo más castizo y lo internacional y la firma Gonzalo Calzadilla, cuyas torrijas han sido galardonadas durante dos años seguidos como las mejores de España.
Empezamos probando sus croquetones (porque su tamaño era más bien XXL): la de tigre mejillón y salsa kimchi, la de bacalao y ali-oli de sésamo y nuestra favorita, la de morcilla y almendras con violetas, que merece que digamos que está tan buena como la de una madre.
Las sardinas marinadas con caviar de Jerez y torrija de tomate nos las comimos directamente con las manos para no perder el tiempo en coger el tenedor, al igual que el mollete de chipirones a la madrileña con alioli de lima verde y rúcula, del que tenemos que decir que supera con creces a cualquier bocata de calamares (no nos odiéis por decir esto).
A partir de ahí, seríamos incapaces de decir que plato nos gustó más, porque nos lo pusieron bastante difícil con los cilindros de pollo al curry con miel de roble y avellanas especiadas o con el maki de arroz negro con ensalada de calamar y mayonesa de ajo negro. Dos platos donde la presentación y el sabor hacen que puedas disfrutar de ellos con los 5 sentidos.
Cuando ya pensábamos que lo bueno había terminado, nos sorprendieron con el sabor de las gyozas de cocido madrileño con humus, crema de patata, zanahoria y caldo texturizado. Para nosotros, este es el plato con el que mejor se aprecia la mezcla entre la cocina castiza y los sabores más internacionales.
Y como somos muy gochos, volvimos a echar un vistazo a la carta y acabamos pidiendo la carrillera de ternera con salsa de regaliz y caviar de pomelo, en la que es obligatorio sopar el pan.
No podíamos irnos del Restaurante Mitte sin probar el plato estrella, la aclamada torrija de Gonzalo. Vestía de gala con su traje caramelizado y su helado de vainilla y su esponjosidad nos hizo estremecernos. Tampoco se quedaba atrás su arroz con leche caribeño (con un sabor muy diferente a nuestro postre tradicional) o su chocolate, menta y pistacho, perfecto para los amantes del After Eight.
En definitiva, Restaurante Mitte es un lugar que puede pasar desapercibido en el bullicioso y colorido ambiente de Chueca, pero que merece la pena pararse a conocer porque puede ser el comienzo de una gran “amistad”.